En Arthropoda (Buenos Aires Poetry, 2018), Liliana Velandia Calderón se propone un tránsito desde el presente hacia la infancia (o al recuerdo degradado que queda de esta). Su consecuencia será un padecimiento emocional mediado por su corporeidad. No obstante la ambivalencia de esta última, caparazón y estructura, le otorgará a la hablante una libertad de movimiento entre ambas dimensiones temporales, cual artrópodo que en cuya constitución exoesquelética radica la esencia de su dinámica de existencia.
Cual entomólogo disecando muestras que puedan ser representativas para el estudio, les dejamos el siguiente fragmento del largo poema «Lo que queda».
Lo que queda
Escucharé una grieta
anunciará mi último pliegue
la gota que canta el tanque
la bisagra
el póstumo interruptor
después el silencio
utopía summa
existiré a pesar de la palabra que me nombre
en un gesto
cerrar los ojos
morar en mí para siempre
mientras tanto
soy
soy el estado actual de las cosas
de los pulsos
el vademécum de los hipos
soy las dolencias vencidas
y los virus que me han abandonado
soy la sobreviviente bien alimentada
llora cuando come
por comer
silentium
el ablativo silentio me dará una casa
esta ensoñación es el modo
me caminaré
en la oscuridad
huiré de nieblas más negras
pagaré mis deudas con el tejado
y mi pobreza
27 monedas de oro
me persigo el pulso
tengo tiempo para el ruido
el grito
para caminar por la paredes
como música de Praga
no más la inestabilidad de buscarme
entre todas mis voces
estridular
disfrutar el caleidoscopio
caer y levantarme en la esquizofrenia
reloj preso en el Big Ben
pongo mis manecillas en el oído
en el punto radial
palpito
y no sé a quién me escucho
soy las enfermedades que cargo
que me llevan
80 pulsaciones en la mañana
tic-tac 66 a la noche
sobrevivo leeeenta
mirada recostada en el horizonte
para que no se caiga
¿soy fuerte? dicen
si vomito
angustia
lágrimas por toda la casa
por todas las casas
y en todas
la cama gira
leeeenta
y al fondo
hablo como en mí me conversan
quien recoja sus pasos las perderá
lleva el saco roto
las aves se comerán sus migas
y no les pesará el extravío
ni les dolerán los pies
cuando salten otros techos
suéñame Verlaine
soy el árbol en el monte
julio del 90
tengo un año bajo el signo cáncer
recuerdan mis padres lunes 1PM
ascendente escorpio
traigo un dios en la mano
parece espejo
déjenme remojada en agua fresca
todavía no aprendo que nací
denme tiempo
ensayo los mejores recuerdos
soy niebla naciente en mis heridas
soy el Yuma antes de todos los muertos
en su ribera se juntan mis átomos
y me hacen estos huesos para no desbordarme
entre mojarra y aguacate
para que sea fuerte
con patacón y suero
para que sea perspicaz
piñas y mamones
para que sea ágil
madre me quiere macho
ingeniero/ capataz/ hombre
del pueblo petrolero las mujeres bermejas/ son del pueblo las mujeres
puerto
mujer
puta
nacerás lejos del río
para odiarlo
vientre hambriento de su propia cría
hiede a liberalconservadorcomunistaguerrilleropájaro
hombres de dios
en la montaña
déjenla remojada en agua fresca
te darán la bienvenida
la cascada
el monte
niña gritona
blanca salina
desesperada por el calor
oraremos por tu silencio
pero volverás al puerto
Liliana Velandia Calderón (Bucaramanga, 1989). Licenciada en Español y Literatura y magíster en Escritura Creativa. Actualmente se encuentra radicada en Argentina, donde coproduce ciclo y proyecto editorial Parranda Poética, que busca y divulga la poesía colombiana migrante en dicho país.