En Jámpster no queremos nada con los poetas beat ni los confesionales, así que si eso es lo que viniste a buscar: No soup for you! Come back one year!
En cambio, somos hooligans de la Escuela de Nueva York (ese grupo de autores que remeciera la escena poética estadounidense hacia 1960 y que integraran colosos como Kenneth Koch, Frank O’Hara, James Schuyler y el bienamado John Ashbery, recientemente fallecido), por lo que imaginarán lo contentos que estamos de publicar estos poemas del bueno de Frank, quien si bien comparte con los demás miembros del grupo ciertos patrones estilísticos (derivados fundamentalmente del surrealismo francés y de la influencia, digamos, conceptual que ejerció en estos poetas la escuela de pintores neoyorquinos de la que son coetáneos), brilló con luz propia con una poesía de la espontaneidad que perfectamente se puede leer como una conversación telefónica.
Vayan, por cierto, los agradecimientos a Juan Romero Vinueza por convidarnos estas estupendas versiones.
Ahora lean y luego formemos el Club de Amigos de Frank O’Hara.
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AUTOBIOGRAPHIA LITERARIA
Cuando era niño
jugaba conmigo mismo en una
esquina del patio de la escuela,
solo.
Odiaba las muñecas y
odiaba los juegos, los animales no eran
simpáticos y los pájaros
se echaban a volar.
Si alguien me estaba buscando
me escondía detrás de un árbol
y gritaba:
“¡Soy un huérfano!”.
Y aquí me tienen,
¡el centro de toda belleza!
¡escribiendo estos poemas!
¡Imagínense!
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AUTOBIOGRAPHIA LITERARIA
When I was a child/ I played by myself in a/ corner of the schoolyard/ all alone.// I hated dolls and I/ hated games, animals were/ not friendly and birds/ flew away.// If anyone was looking/ for me I hid behind a/ tree and cried out “I am/ an orphan.”// And here I am, the/ center of all beauty!/ writing these poems!/ Imagine!
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UN CERTERO RECUENTO DE UNA CONVERSACIÓN CON EL SOL EN FIRE ISLAND
El Sol me despertó esta mañana fuerte
y claro, diciendo: “¡Eh! ¡He estado
intentando despertarte durante quince
minutos. No seas tan grosero, tú eres
apenas el segundo poeta al que he escogido
para hablarle personalmente
¿Entonces por qué
no estás más atento? Si pudiera
quemarte a través de la ventana, lo haría para
despertarte. No puedo esperar
aquí todo el día”.
“Lo siento, Sol, ayer
me quedé hasta tarde hablando con Hal”.
“Cuando desperté a Mayakovsky, él
fue mucho más puntual” dijo el Sol
petulantemente. “La mayoría de la gente ya está despierta esperando a ver si voy a
hacer acto de presencia”.
Intenté
pedirle perdón “Te extrañé ayer”.
“Eso es” dijo él. “No me enteré
de que habías salido”. “¿Te debes estar preguntando por qué he venido así de cerca?”.
“Sí” dije empezando a sentir calor
preguntándome si talvez no me estaba quemando
de todos modos.
“Francamente quería decirte
que me gusta tu poesía. Veo mucho
en mis vueltas y lo tuyo está bien. Puede
que no seas la mayor cosa sobre tierra, pero
eres distinto. Bueno, he oído que algunos
te llaman loco, lo que pasa es que, en mi opinión, ellos son
excesivamente tranquilos y otros
poetas locos piensan que eres un aburrido
reaccionario. Pero yo no.
Tú solo sigue
como yo lo hago y no prestes atención. Vas a
ver que la gente siempre se quejará
sobre el clima, dirán que estoy demasiado caliente
o demasiado frío o demasiado brillante o demasiado oscuro,
los días demasiado cortos o demasiado largos.
Si no apareces
durante todo un día pensarán que tienes pereza
o estás muerto. Solo sigue adelante, eso es.
Y no te preocupes de tu linaje,
poético o natural. El Sol brilla sobre
la selva, tú sabes, sobre la tundra
el mar, el gueto. Dondequiera que estuvieras
yo lo sabía y veía tus movimientos. Estaba esperando que te pusieras a trabajar.
Y ahora que estás
creando tus propios días, por decirlo así,
incluso si nadie te lee a excepción mía,
no te vas a deprimir. No
todos pueden alzar la vista, ni siquiera hacia mí. Se lastiman sus ojos”.
“¡Oh, Sol, estoy tan agradecido contigo!”.
“Gracias y recuerda que estoy observando.
Es más fácil para mí hablarte aquí
afuera. No tengo que deslizarme
entre los edificios para captar tu atención.
Sé que amas Manhattan, pero
deberías alzar la vista más a menudo.
Y
siempre abraza cosas, a la gente, a la tierra
a las estrellas al cielo, como lo hago yo, libremente y con
el adecuado sentido del espacio. Esa
es tu inclinación, conocida en los cielos
y la cual deberías seguir hasta el infierno, si
fuera necesario; lo cual dudo.
Tal vez
hablaremos otra vez en África, a la que también
le tengo mucho aprecio. Ahora vuelve a dormir,
Frank, y yo talvez deje un poemita
en aquel cerebro tuyo como parte de mi despedida.”
“¡Sol, no te vayas!”. Estaba
al fin despierto. “No, debo partir, ellos me están llamando”.
“¿Quiénes son ellos?”.
Ascendiendo, me dijo: “Algún día
lo entenderás. Te están llamando a ti, también”.
Enigmáticamente se elevó, y entonces caí dormido.
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A TRUE ACCOUNT OF TALKING TO THE SUN ON FIRE ISLAND
The Sun woke me this morning loud/ and clear, saying “Hey! I’ve been/ trying to wake you up for fifteen/ minutes. Don’t be so rude, you are/ only the second poet I’ve ever chosen/ to speak to personally// so why/ aren’t you more attentive? If I could/ burn you through the window I would/ to wake you up. I can’t hang around/ here all day.”// “Sorry, Sun, I stayed/ up late last night talking to Hal.”// “When I woke up Mayakovsky he was/ a lot more prompt” the Sun said/ petulantly. “Most people are up/ already waiting to see if I’m going/ to put in an appearance.”// I tried/ to apologize “I missed you yesterday.”/ “That’s better” he said. “I didn’t/ know you’d come out.” “You may be/ wondering why I’ve come so close?”/ “Yes” I said beginning to feel hot/ wondering if maybe he wasn’t burning me/ anyway.// “Frankly I wanted to tell you/ I like your poetry. I see a lot/ on my rounds and you’re okay. You may/ not be the greatest thing on earth, but/ you’re different. Now, I’ve heard some/ say you’re crazy, they being excessively/ calm themselves to my mind, and other/ crazy poets think that you’re a boring/ reactionary. Not me.// Just keep on/ like I do and pay no attention. You’ll/ find that people always will complain/ about the atmosphere, either too hot/ or too cold too bright or too dark, days/ too short or too long.// If you don’t appear/ at all one day they think you’re lazy/ or dead. Just keep right on, I like it.// And don’t worry about your lineage/ poetic or natural. The Sun shines on/ the jungle, you know, on the tundra/ the sea, the ghetto. Wherever you were/ I knew it and saw you moving. I was waiting/ for you to get to work.// And now that you/ are making your own days, so to speak,/ even if no one reads you but me/ you won’t be depressed. Not/ everyone can look up, even at me. It/ hurts their eyes.”/ “Oh Sun, I’m so grateful to you!”// “Thanks and remember I’m watching. It’s/ easier for me to speak to you out/ here. I don’t have to slide down/ between buildings to get your ear./ I know you love Manhattan, but/ you ought to look up more often.// And/ always embrace things, people earth/ sky stars, as I do, freely and with/ the appropriate sense of space. That/ is your inclination, known in the heavens/ and you should follow it to hell, if/ necessary, which I doubt.// Maybe we’ll/ speak again in Africa, of which I too/ am specially fond. Go back to sleep now/ Frank, and I may leave a tiny poem/ in that brain of yours as my farewell.”// “Sun, don’t go!” I was awake/ at last. “No, go I must, they’re calling/ me.”/ “Who are they?”// Rising he said “Some/ day you’ll know. They’re calling to you/ too.” Darkly he rose, and then I slept.
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DE CÓMO LAS ROSAS SE HACEN NEGRAS
¡Primero tomaste el caballito de porcelana
de Arthur de la chimenea y lo lanzaste
contra el radiador! ¡Oh, eso sí que fue
vil! Nosotros estábamos escuchando a Sibelius.
Y luego con el combustible del encendedor mojaste
cada bella rosa derribada, sacudiendo
tu melena de león, les prendiste fuego.
Reíste locamente desde la sala de baño
¡Pero mira qué ardientes arbustos! Yo,
que puedo cortarlos con una palabra, estaba muy entretenido. Pero después de reflexionarlo, no lo estaba.
¡Envíame tu cabeza para sumergirla en el sebo!
Tú no eres ningún mito a menos que yo decida
hablar. Respiré en secreto aquellas cenizas.
Los héroes destruyen solos, como yo te
destruyo. Entérate ahora que yo soy las rosas
y es de ellas de las que elijo hablar.
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HOW ROSES GET BLACK
First you took Arthur’s porcelain/ pony from the mantel and! dashed/ it against the radiator! Oh it was// vile! We were listening to Sibelius./ And then with lighter fluid you wet/ each pretty pink floored rose, tossed// your leonine head, set them on fire./ Laughing maniacally from the bath-/ room. Talk about burning bushes! I,// who can cut with a word, was quite/ amused. Upon reflection I am not./ Send me your head to soak in tallow!// You are no myth unless I choose to/ Speak. I breathed those ashes secretly./ Heroes alone destroy, as I destroy// you. Know now that I am the roses/ and it is of them I choose to speak.
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HOY
¡Ah! ¡Canguros, lentejuelas, sodas de chocolate!
¡Son realmente hermosos! ¡Perlas,
armónicas, jujubes, aspirinas! ¡Todas
las cosas de las que ellos siempre han hablado
todavía merecen un poema, una sorpresa!
Estas cosas están con nosotros cada día
aún sobre las cabezas de playa y féretros. Ellas
sí tienen significado. Ellas son tan fuertes como las rocas.
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TODAY
Oh! Kangaroos, sequins, chocolate sodas!/ You really are beautiful! Pearls,/ harmonicas, jujubes, aspirins! All/ the stuff they’ve always talked about/ still makes a poem a surprise!/ These things are with us every day/ even on beachheads and biers. They/ do have meaning. They’re as strong as rocks.
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V.R. LANG
Eres tan serio, como si
un glaciar hablara en tu oído
o tuvieras que pasar
por la gran puerta de Kiev
para poder llegar a la sala de estar.
Esto me preocupa porque
te amo. ¡Como si no fuera suficientemente
grotesco que vivamos en el hidrógeno
y respiremos como atomizadores, tú
tienes que pensar que soy un gran arquitecto!
y pasas suntuosamente sobre tu
incesante escalera eléctrica, tranquila, una reina selvática.
Creyendo que es una pala de vapor. Parece que
estás un poco incómoda. Pero tú eres tú
de nuevo, jalando las perlas de plata de tu cuello.
Recuerda, la Obertura Rusa de Pascua
está llena de conejitos. Siempre mantente en lo alto,
lleno de respeto, honor y lanolina. ¡Oh,
monta a caballo con tu vestido de lino rosado, sé feliz!
y cabalga con tus perlas puestas, porque llueve.
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V.R. LANG
You are so serious, as if/ a glacier spoke in your ear/ or you had to walk through/ the great gate of Kiev/ to get to the living room.// I worry about this because I/ love you. As if it weren’t grotesque/ enough that we live in hydrogen/ and breathe like atomizers, you/ have to think I’m a great architect!// and you float regally by on your/ incessant escalator, calm, a jungle queen./ Thinking it a steam shovel. Looking/ a little uneasy. But you are yourself/ again, yanking silver beads off your neck.// Remember, the Russian Easter Overture/ is full of bunnies. Be always high,/ full of regard and honor and lanolin. Oh/ ride horseback in pink linen, be happy!/ and ride with your beads on, because it rains.
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JUAN ROMERO VINUEZA (Quito, 1994). Tiene una columna de opinión en el diario La República. Colabora como redactor y traductor con la revista POESÍA de la Universidad de Carabobo (Venezuela). Maneja el blog de poesía hispanohablante Cráneo de Pangea. Ha publicado en poesía: Revólver Escorpión (Editorial La Caída, 2016). Compiló, junto con Abril Altamirano, el libro Despertar de la hydra: antología del nuevo cuento ecuatoriano (Editorial La Caída, 2017), obra que fue ganadora del incentivo de los Fondos Concursables 2016-2017, organizados por el Ministerio de Cultura y Patrimonio del Ecuador.